lunes, 8 de octubre de 2007

Guerra Mediática

El pasado 22 de Septiembre, la Red Ciudadana por Ñuñoa realizó una “Firmatón”. Evento que se sumó a la serie de iniciativas realizadas por esta organización, con el fin de conseguir las 12 mil firmas necesarias para llamar a un plebiscito comunal. Esta consulta tiene como fin, que sean los propios vecinos quienes decidan la altura de las construcciones, optando entre el plan presentado por el alcalde o la propuesta vecinal de un máximo de 4 pisos. Acciones como esta, han llevado a la Red a distintos medios de comunicación en especial escritos (El Mercurio y La Nación), que han cubierto la controversia ñuñoína.


“El Ñuñoíno” es el boletín municipal, que informa a los vecinos del acontecer comunal, y cuya editorial es escrita por el mismo alcalde Pedro Sabat. Este medio de comunicación local, también ha tratado el tema de las construcciones en altura y el Plan Regulador. Sin embargo, y como era de esperar, la cobertura otorgada ha buscado desacreditar las iniciativas de la Red Ciudadana.

Por ejemplo, en su última edición hacen directa alusión al llamado a plebiscito, negando un derecho ciudadano. Las afirmaciones realizadas por “El Ñuñoíno”, ya han sido corregidas por los vecinos pertenecientes a la organización. Incluso, a título personal, puedo decir que la información que he recibido por parte de abogados de la Universidad de Chile, legitima totalmente la iniciativa de la Red.

Pero, ¿por qué el alcalde sólo se refiere al tema a través del boletín informativo del cual es editor? Si ser capaz de dar una respuesta clara a los mismos medios de circulación nacional, que han dado cobertura al quehacer de la Red Ciudadana por Ñuñoa.

Para mi está claro. Una guerra que el alcalde ha declarado a la Red Ciudadana, donde cada uno busca conseguir el beneplácito de los vecinos que todavía permanecen imparciales.


miércoles, 3 de octubre de 2007

Video Interesante

Quisaz para muchos las contrucciones en altura sean parte del desarrollo de la ciudad. Sin embargo, este debe ser un proceso paulatino y regulado, con el fin de atenuar el impacto para el medio ambiente y para los vecinos.



lunes, 1 de octubre de 2007

¡20 años con Sabat!



El pasado 27 de septiembre, la Alianza presentó sus primeros representantes en vista de las próximas elecciones municipales del 2008. La lista contempla 143 de las 345 comunas del país.

Destaca en este anuncio, el hecho de que el 51% de los candidatos postulan a la reelección. Entre los cuales se encuentran clásicos ediles de la derecha como Raúl Torrealba por Vitacura, Carolina Plaza por Huachuraba, Jacqueline van Rysselberghe por Concepción y Pedro Sabat por Ñuñoa.

Este último va por su cuarto periodo a cargo de la comuna. Si resulta electo podría cumplir 20 años como edil de Ñuñoa, si sumamos los dos años que se desempeño como alcalde designado. Al respecto, Sabat ha declarado que su intención no era sobrepasar los 3 periodos, pero que su partido (RN), el mismísimo Sebastián Piñera y la comunidad lo habían convencido de repostularse.

El último triunfo de Pedro Sabat, en las municipales 2004, lo llevó a la alcaldía tras conseguir más del 60% de los votos. Lo que reveló un gran apoyo por parte de los vecinos. Sin embargo, la realidad actual de la comuna muestra un panorama algo diferente, debido a la presión ejercida por quienes se oponen a las construcciones en altura en Ñuñoa.

Ahora que la carrera por la jefatura comunal tiene a su primer participante, podremos observar que estrategias despliega el alcalde para sobreponerse a sus opositores. Pero Sabat no es el único que se enfrenta a un desafío en las próximas elecciones municipales, ya que los vecinos tienen una gran oportunidad para demostrar la real fuerza de su rechazo a la actual planificación urbana de la comuna.

jueves, 27 de septiembre de 2007

Grecia con Macul: El Portal de Ñuñoa

La esquina donde se cruzan las Avenidas Grecia y José Pedro Alesandri, más conocida como Macul, se ha caracterizado durante años por hacer confluir flujos de estudiantes provenientes de tres universidades circundantes. Numerosos jóvenes cruzan diariamente estas calles para dirigirse a la UTEM, la UMCE o la Universidad de Chile.

Esta última es mi destino de cada mañana. Tal como tantos otros, hace cuatro años que el mencionado sector se ha convertido en parte de mi paisaje común, un eje concéntrico que une, casi de manera equidistante, mi casa con la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile. Por estas calles he visto innumerables protestas estudiantiles, disfruntado sin culpa de una hamburguesa de Mc Donalds y comprado el pan en el supermercado Santa Isabel.

Sin embargo, esta vista habitual esta ad portas de cambiar irremediablemente. En una suerte de movimiento estratégico, el año pasado Cencosud instaló Santa Isabel en los terrenos que antes ocupaba el supermercado Montecarlo (esquina sur-oriente), clausurando las instalaciones originales, contiguas a la UTEM. Todo esto, con el fin de llevar a cabo el proyecto de construcción de un centro comercial, el futuro Portal de Ñuñoa.

Hoy he tenido que incorporar a mi paisaje la entrada y salida de camiones, además del constante polvo en suspensión. Claro que el cambio más impactante es aquel que vendrá en el futuro, cuando una gigante construcción se levante en los terrenos de Grecia con Macul.

De todas formas, y afortunadamente, este tema también ha tocado a los vecinos organizados a través de la Red Ciudadana por Ñuñoa, quienes han investigado los permisos de edificación, descubriendo una serie de irregularidades. Estas anomalías ya han sido denunciadas a la contraloría, organismo que ha ordenado la paralización de las obras, entregándonos a los vecinos un respiro.

lunes, 24 de septiembre de 2007

Desde un Punto de mi Ciudad

En el corazón de la ciudad de Santiago, se encuentra Ñuñoa. Una de las comunas más antiguas de la capital. Sus calles están colmadas de historias, como la que alguna vez escuche relatar a José Miguel Varas (Premio Nacional de Literatura 2006), quien contaba los recuerdos melancólicos de aquellos paseos a Los Jardines de Ñuñoa, que realizaba durante su niñez.

Hoy con una arquitectura distinta, y para muchos hostil, Ñuñoa carga con los recuerdos de un Estadio Nacional afligido y de una bohemia Plaza Nuñoa. Sin embargo, continua siendo acogedora, tranquila y humana, conservando la apariencia con la que me recibió hace nueve años, cuando volví a Santiago y a la comuna natal de mis padres.

Desde este punto en el mapa metropolitano, he aprendido a mirar lo que pasa a mí alrededor. La ciudad y sus ritmos, los ciudadanos y sus quehaceres.

Si bien hace cuatro años desde mi balcón podía ver la Virgen del cerro San Cristóbal y las luces del Estadio Nacional, las nuevas estructuras del desarrollo urbano no impiden que siga observando mi ciudad. Y que través de las posibilidades que entregan la blogosfera y aquello que llaman periodismo ciudadano, exponga mi visión sobre diversos asuntos sociales que emergen desde el cemento que cubre esta ciudad.
Camila Paz Echeñique G.

jueves, 20 de septiembre de 2007

La Nueva Justicia


El pasado 5 de Septiembre, por razones académicas, visité por primera vez el imponente edificio del Centro de Justicia de Santiago. Construcción en la que se invirtieron más de 43 mil millones de pesos y donde, en sus más de 85 mil metros cuadrados, se distribuyen las dependencias del Ministerio Público, la Defensoría Penal, los Juzgados de Garantía y los Tribunales Orales.

Cerca de las 8 de la mañana y con el sol despuntando, este “elefante” de cemento y vidrio luce imponente. La luz se refleja brillante en las ventanas, mientras el calor del ambiente no puede luchar contra la sombra de las grises paredes, bajo las cuales transitan funcionarios del poder judicial y de la policía.

A las 10 de la mañana comienzan las audiencias, correspondientes a los juicios orales que se realizan en el ala norte de la construcción. En el tercer piso existen 4 salas. En la del constado izquierdo se dictará sentencia por el caso de las hermanas Bastías, procesadas por el secuestro del niño de once años Ignacio Morales. En el extremo opuesto se encuentra en pleno proceso el caso de Lorena Neira, mujer que en marzo del 2006 atropellara a 4 personas tras perder el control de su vehículo, dejando dos victimas fatales.

Sentada en la última fila de la sala, donde se acusa a Lorena Neira, veo por primera vez fotos correspondientes a una autopsia, mientras escucho consternada las conclusiones de los peritos. Las imágenes corresponden el cuerpo, o lo que queda, de Juan Vázquez, hombre de 73 años fallecido en el accidente. La otra víctima es una niña de 10 meses de edad, cuya madre no ha presentado cargos por falta de recursos.

A la derecha de la sala se encuentra Lorena Neira, una mujer joven a quien me tope en la escalera mientras caminaba hacia la sala. A pesar de las terribles consecuencias de lo ocurrido, su persona me causa tristeza, ya que todo parece indicar que Lorena ha sufrido desde pequeña graves problemas emocionales, que le llevaron al consumo de psicotrópicos al momento del accidente.

Tres mujeres se encuentran sentadas de frente al público, la defensa, los querellantes y el Ministerio Público. Son las Magistradas a cargo del caso, encargadas de dictar la sentencia contra la imputada.

En medio de la audiencia fijo mi atención en las juezas, debido a la juventud de dos de ellas. Las continúo observando por un tiempo y me doy cuenta de que ambas mantienen un cuchicheo constante. La Primera Magistrada se cubre la boca y se inclina hacia se izquierda para susurrar al oído de su colega. Esta responde y ambas sonríen, retornando a su rictus habitual cuando vuelven la mirada hacia el frente.

La curiosa actitud de las juezas llama la atención del grupo de personas que me acompaña, generando molestia e incomodidad, teniendo en cuenta las características del caso que todos presenciábamos.

En medio de un receso, una de mis compañeras se acerca al estrado y pide hablar con la Magistrada en cuestión para reprocharle su extraña actitud. Sin embargo, esto es imposible, según explica un anciano funcionario, quien ante el comentario de lo ocurrido responde: “es que algunas veces la gente dice tantas tonteras que es inevitable reírse”.

lunes, 27 de agosto de 2007

POR EL CUIDADO DE NUESTROS BARRIOS

Resulta paradójico que en menos de dos año, una de las comunas mejor evaluadas en términos de habitabilidad, se encuentre en medio de una revuelta vecinal. En enero del año 2005, un estudio elaborado por la Secretaría Regional Ministerial Metropolitana de Planificación, calificó a Ñuñoa como la comuna capitalina con el mejor índice de calidad de vida, ubicándola por sobre sectores como Vitacura, La Reina y Providencia. Frente a este tipo de señales, es llamativa la fuerte organización vecinal, gestada a partir del descontento que han generado los cambios estructurales de la comuna.

Los vecinos, observan con preocupación el boom inmobiliario, que en los últimos años ha cambiado el rostro de su barrio. Denuncian que esta “masacre urbana” atenta contra el espíritu de la comuna, aumentando duramente la densidad de población. Apuntan como culpable al actual plan regulador de Ñuñoa, que permite la construcción de edificios de altura libre; por lo que dirigen sus dardos a la Municipalidad.


Claramente los cambios que afectan a comunas tradicionales como Ñuñoa, son consecuencia de la creciente concentración de población que afecta a Santiago. Este fenómeno ha generado una fuerte demanda de infraestructura habitacional, ante lo cual empresas y municipios han respondido elevando las construcciones. El cambio arquitectónico y el aumento de densidad, han terminado por cambiar la identidad de las comunas afectadas, lo que consecuentemente produce un quiebre con los habitantes tradicionales del sector.

Debemos acostúmbranos entonces al surgimiento de organizaciones vecinales en pro de la protección de sus barrios, en sectores consolidados de la capital. Recordemos que anterior a la Red Ciudadana por Ñuñoa, los vecinos del barrio Las Lilas en Providencia, levantaron sus voces por problemas similares. Estamos por tanto, ante el renacimiento de aquel sentimiento desaparecido del inconsciente colectivo Santiaguino. Hoy resurge el cariño por la esencia de los barrios, por eso que los hace únicos, sin la necesidad que sean patrimoniales.

Sin embargo, el auge de la contruccion, aparentemente favorable para las empresas constructoras, puede resultar contraproducente; ya que ellas mismas transforman las particularidades que hacen llamativa su oferta. Pretenden vender tranquilidad y vida de barrio, al mismo tiempo que contribuyen a mermar estas cualidades. Transforman las comunas creando barrios distintos, con lo que se destruye aquello que origina la demanda inmobiliaria. Frente a esto, es inminente que cualquier barrio que sea blanco del mercado habitacional proliferante, estará en riesgo de transformarse y perded su identidad.

Frente al panorama actual, de vecinos organizados y transformaciones sin control. No cabe la pregunta sobre ¿Quién es el responsable? Encontar nombres seria una búsqueda sin término, donde municipios, ministerios e inmobiliarias eludirían las acusaciones, mientras la metamorfosis continúa. Es necesario entonces buscar acuerdos. Modificar las regulaciones, con tal de prever las consecuencias negativas, considerando todos los intereses sociales. En especial, aquel que protege aquello que hace únicos los rincones de una capital que avanza, sin cuidado de resguardar su personalidad.